Estamos a pocos días de salir, de forma progresiva y dependiendo de cada zona del país, del aislamiento. Aunque tenemos ganas de ir volviendo a la normalidad y recuperar la libertad básica del desplazamiento, de pasear donde y cuando queramos e ir retomando relaciones presenciales con nuestros seres queridos, éste es uno de los momentos más importante del proceso.
¿Por qué? Porque la vida, nuestra vida y biografía, son una interpretación. Lo que contamos a los demás cuando rememoramos nuestros años pasados no es la realidad, lo que nos ha ocurrido, sino una interpretación: lo que pensamos sobre lo que nos ha ocurrido. Y en los momentos finales de un suceso, como ocurre ahora que nos encontramos al final del aislamiento, es cuando la mente genera la interpretación global del suceso, y esa interpretación es la que se almacenará en la memoria. Siguiendo el viejo proverbio japonés que dice: “Una pérdida, una ganancia”, vale la pena que seamos conscientes de lo positivo que hemos obtenido durante este aislamiento, para mejorar así nuestra resiliencia y que no queden sucesos traumáticos, negativos, en nuestra memoria biográfica. Lo aspectos que tendríamos que plantearnos, para aumentar nuestra resiliencia, son los siguientes:
1.-¿QUÉ HE APRENDIDO?: La principal lección es que vivimos en un mundo continuamente cambiante e impredecible, donde lo que hacemos y planificamos puede venirse abajo en cualquier momento. En es contexto ¿qué es lo importante? Más allá de lo que hagas o de cómo te vaya la vida en general, lo que la psicología ha demostrado que es más importante para la felicidad son dos cosas: 1.- Un claro sentido o propósito de nuestra vida, basado en nuestros valores y 2.- Una vida conectada, con relaciones interpersonales que sintamos significativas y valiosas, y una preocupación por el bienestar de los demás seres vivos, no sólo de nuestro bienestar.
2.- VOLVER POCO A POCO: No te lances apresuradamente a la vieja normalidad. Ve reincorporándote poco a poco e integrando aquello que has aprendido, que has descubierto que vale la pena y quieres incorporar a tu nueva vida con más sentido. Si en pocos meses tu vida es exactamente igual que antes de la pandemia, no habrás aprendido nada de este período único y ni aumentarás tu resiliencia.
3.- NO OLVIDAR LO IMPORTANTE: Dos de las enseñanzas más valiosas que las personas suelen adquirir en estas situaciones son las siguientes: 1.- Que lo único que no tiene solución es la pérdida de la vida y que todas las demás pérdidas, materiales o de otro tipo, pueden aliviarse. Por tanto, agradezcamos profundamente estar vivos. 2.- Que nuestra alegría más duradera y profunda vendrá de sentir que hacemos cosas por los demás y que las acciones de nuestra vida van más allá de nosotros mismos, orientadas a que le mundo vaya un poco mejor.
4.- RECUPERAR Y VALORAR AUN MÁS LAS AMISTADES: Las amistades y las personas que nos quieren son nuestro mayor tesoro. Reforcemos aún más nuestro vínculo con ellos: agradezcámosles la suerte de tenerlos en nuestro círculo y pidamos perdón por aquello que hayamos podido hacer y que les haya producido sufrimiento.
5.- NO BUSQUES FUERA LO QUE ESTÁ DENTRO: La felicidad no esta en los objetos externos, en el dinero o en lo que se puede comprar con él, en la fama o el poder, en el sentimiento de que nos admiran. La dependencia hacia estos objetos es una tiranía, nunca se tiene lo bastante y se puede perder en cualquier momento. La felicidad está dentro de nosotros, está siempre ahí para que la disfrutemos y la compartamos.
6.- LA FELICIDAD ESTA EN LAS PEQUEÑAS COSAS: Y ¿dónde está la felicidad dentro de nosotros? Como ya hemos dicho: En nuestros valores y sentido de la vida, en la sensación de que ayudamos a que el mundo vaya un poco mejor y en el disfrute de las pequeñas alegrías de la vida. En la sensación interna y profunda de que estamos vivos en un mundo que es fascinante. Esa es la auténtica alegría del ser humano.
7.- PUEDE VOLVER A OCURRIR: Y no nos engañemos. Puede volver a ocurrir. La pandemia o cualquier otra catástrofe. Porque, aunque no queramos darnos cuenta, nuestro mundo es impermanente, incontrolable e impredecible. Y estas situaciones nos confrontan con la realidad. Por tanto, busca siempre la felicidad dentro de ti, en lo que nunca puedes perder. Y, como decía Rumi: “Dá lo que tengas que dar, antes de que la vida te lo quite todo”.
(Foto: Arte bizantino, Estambul)
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