Todas las enseñanzas contemplativas se resumen en cuatro palabras:
“No aferrarse a nada”
Ajahn Chan, Maestro Theravada de la tradición de los bosques
Observa cuál es la secuencia natural de la mente:
1.- La búsqueda continua de objetos externos que nos den la felicidad como dinero, prestigio, placeres de los sentidos, pareja. Esto hace que:
2.- Tengamos continuamente expectativas de cómo tiene que ser el mundo: mi vida, mi pareja, mi trabajo, mis amigos….. tienen que ser así.
3.- Para ello necesitamos controlar el mundo, que las cosas salgan como nosotros queremos que sean. Y la forma que hemos aprendido para controlar es:
4.- El diálogo interno continuo: Estar siempre planificando el futuro, pensando cómo queremos que sea todo, qué queremos que los demás piensen de nosotros.
Como continuamente ocurre que no podemos controlar el mundo, que hay cosas que no salen como queríamos y que no podemos obtener los objetos de placer que deseábamos, nuestra respuesta es intentar aumentar el control, es decir, incrementar el diálogo interno. En suma, preocuparnos y estresarnos. ¿Te suena esta secuencia?
A menudo la práctica de mindfulness es un objeto más de consumo, es una herramienta con la que queremos tener paz y felicidad, lo que asimilamos a tener la mente en blanco. Pero a la vez seguimos deseando compulsivamente cosas en el mundo, somos adictos al consumo de objetos externos que nos darán la felicidad. Y mindfulness no funciona, porque como comentábamos en las metáforas del barco que hace agua o en el vestido de Penélope, el diálogo interno que disminuimos con mindfulness queda ampliamente compensado por lo que el aumento del diálogo interno al querer aumentar el control externo porque seguimos deseando cosas.
La única forma de romper ese círculo vicioso es:
1.- Dejar de buscar la felicidad en objetos externos, con lo que
2.- No generaremos expectativas de cómo tiene que ser el mundo
3.- Así, no estaremos preocupados por el control y
4.- Nuestro diálogo interno desaparecerá progresivamente
Es decir: ACEPTACIÓN.
El objetivo sería no aferrarse a los objetos agradables que aparecen en nuestra vida, ni rechazar los negativos, sino permanecer en la experiencia sin generar apego o rechazo. Esto no implica que uno no pueda disfrutar de aquello que le gusta. La clave seria evitar pasar de ME GUSTA a LO QUIERO y, mucho menos aún, a LO NECESITO, porque si no lo obtengo, no podré ser feliz.
En el sentido contrario consistiría en evitar pasar de NO ME GUSTA a LO EVITO y, mucho menos, a LO ABORREZCO
Esta sería la principal actividad que debería mantener la mente mindful en cada momento del día para evitar todo el proceso de sufrimiento
(Fuente: Garcia Campayo J. Cómo reducir el sufrimiento con aceptación y Mindfulness. Siglantana, 2019) (Foto: Río Nilo, Egipto)
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